Garbanzos con bacalao y tagarninas

Garbanzos con bacalao y tagarninas. Ya pasó la cuaresma y la semana santa pero no por ello hay que dejar de comer estos platos de cuchara tan sanos y nutritivos, ideales para una dieta sana y equilibrada, porque contiene muy poca grasa. Un potaje de garbanzos a la semana es todo un acierto en tu dieta, no importa si hace frío o calor, este guiso de garbanzos sienta de maravilla en cualquier época del año.

Esta es una versión del típico Potaje de Vigilia o Potaje de bacalao, garbanzos y espinacas, pero yo le he puesto tagarninas, de las que recoge mi suegro en el campo y que con tanto esmero limpia mi suegra. La receta tiene algo especial, como todas. Yo nunca había hecho este potaje y hablándolo con mi compañero Juan Camacho, comenzamos a buscar cómo lo hacían unos y otros. Él me comentaba que su madre lo hacía, pero que no sabía cómo. Yo le pregunté a mi Tía Rafi, para saber cómo se hacía en mi familia este guiso tradicional. Al final, entre lo que  leí, lo que me dijeron y las tagarninas que me regalaron ha salido este potaje tan contundente.

Ahora en primavera es temporada de tagarninas, como ya te comenté en la receta de Tagarninas Esparragás, se utilizan, como norma general, para guisos, berzas, potajes revueltos o tortillas. Es una planta herbácea o verdura silvestre y la suelen recoger los hombres del campo, aunque ya las hay de cultivo en los mercados, peladas y hasta cortadas. Te aseguro que te ahorrarás un trabajo y algún que otro pinchazo, pero la silvestre da mejor sabor. En algunos sitios se les llama cardillos, cardo de olla o cardellet, entre otros nombres.

Para esta receta deberás desalar el bacalao previamente, si no sabes cómo hacerlo, abajo en curiosidades te lo explico.

La receta está pensada para cuatro (4) personas.

¡Ponte el delantal!

Ingredientes para la receta de garbanzos con bacalao y tagarninas

  • 300 gr. de garbanzos secos
  • 300 gr. de bacalao desalado
  • 300 gr. de tagarninas frescas
  • Dos (2) cebollas
  • Dos (2) tomates maduros
  • Un (1) puerro
  • Una (1) zanahoria
  • Una (1) cabeza de ajos
  • Una (1) cucharada pequeña de pimentón dulce
  • Media (½) cucharada pequeña de comino molido
  • Dos (2) clavo de olor
  • Una (1) hoja de laurel
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal

Elaboración de la receta de garbanzos con bacalao y tagarninas

  1. Deberás empezar la receta la noche anterior a la elaboración del potaje, poniendo los garbanzos en remojo con agua (Si no tienes el bacalao desalado puedes meterlo con los garbanzos y no tendrás que añadirles sal o bicarbonato). Deja los garbanzos en el agua al menos doce (12) horas. El bacalao, si es un lomo deberá estar de 24 a 48 horas. En curiosidades te doy más detalles sobre el desalado.
  2. Lava y pela las cebollas, la zanahoria y el puerro. Pela también la cabeza de ajos, pero sólo las capas exteriores, no los dientes. Retira un par de dientes de ajo y Pélalos. Reserva todas las verduras.
  3. Pon una olla al fuego con un (1) litro de agua, añade los garbanzos limpios y escurridos, el puerro cortado por la mitad, la cabeza de ajos, una cebolla con los dos clavos de olor clavados sobre ella y la hoja de laurel. Cocina a fuego medio hasta que estén tiernos los garbanzos o cierra la olla exprés unos veinte (20′) minutos. Pasado el tiempo de cocción escurre los garbanzos reservando el agua de cocción y retira las verduras.
  4. Mientras se hacen los garbanzos, ve preparando el sofrito, para ello pica la cebolla y los dos dientes de ajo en trocitos muy pequeños. Pon una sartén a fuego medio-bajo con dos o tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añade el ajo picado y antes de que empiece a dorarse incorpora la cebolla picada.
  5. Ralla los tomates y los añades a la sartén junto a la cucharada de pimentón dulce y la punta de una cuchara pequeña de comino molido cuando la cebolla esté bien sofrita. Deja cocinar, sin dejar de vigilar para que no se queme, unos diez (10′) minutos.
  6. Prepara las tagarninas. Lávalas muy bien las tagarninas para quitarle los restos de tierra que puedan tener y las cortas en trocitos. Se las incorporas al sofrito y las dejas rehogar hasta que estén tiernas. Si fuera necesario, que es lo normal, añade un poco de agua de la cocción de los garbanzos. Si son silvestres es posible que sean algo más duras, por tanto necesitarán algo más de cocción. Te recomiendo que le des un escaldado o cocerla un poco con los garbanzos antes de añadirla al guiso, porque así no te dejará el potaje seco.
  7. Desmenuza o corta en trozos pequeños el bacalao si no lo has hecho previamente o si no lo compraste ya desmigado. Ten cuidado que puede tener espinas y encontrarte alguna en el guiso puede ser desagradable cuanto menos. Resérvalo.
  8. Añade los garbanzos al potaje y remueve con cuidado para no deshacerlos. Añade agua de la cocción de los garbanzos si hiciese falta, ten en cuenta que este potaje de garbanzos lleva poco caldo.
  9. Es el momento de incorporar el bacalao y mover suavemente para mezclarlo bien. Prueba de sal, espera unos minutos para que se cocine y déjalo reposar antes de servir.

Cómetelo recién hecho o al día siguiente que ya esta reposado.

Curiosidades de la receta de garbanzos con bacalao y tagarninas

El bacalao lo he comprado en un lomo y lo he desalado. Puedes hacerlo así o comprarlo ya desalado así evitarte este paso. También puedes elegir entre comprarlo en un lomo y desmigarlo como te comento en la receta o comprarlo ya desmigado. Si optaste por la primera opción, deberás meter en agua el lomo durante 24 o 48 horas, dependiendo del grosor del lomo o si está desmigado que necesita menos de 24 horas. El agua deberás ir cambiándola cada 6 u 8 horas. A cada uno nos gusta un punto de sal, yo suelo pegarle un pellizco al lomo y probarlo, así me hago una idea de en qué punto se encuentra, es preferible que esté soso a que te quede salado y estropee el potaje.

Si aún no te ha quedado muy claro cómo desalar bacalao, puedes visitar este enlace de mi amigo Javi Recetas: Cómo desalar Bacalao paso a paso.

Si no encuentras tagarninas puedes ponerle espárragos trigueros, espinacas, acelgas o simplemente no ponerle verdura. Lo que si te aconsejo es que la verdura sea fresca.

Los garbanzos puedes comprarlos envasados y evitarte el tenerlos que poner la noche anterior, si es así te recomiendo que los laves muy bien para quitarles todo el conservante que puedan llevar. Yo soy más de comprarlos secos y cocerlos porque los conservados me resultan muy salados y el sabor a conserva no se logra disimular del todo.

¡Espero que os guste amig@s!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Salchichas de ternera retinta con berenjenas y pimientos

Salchichas de ternera retinta con berenjenas y pimientos. La idea de este guiso me surge al encontrar en mi carnicería de confianza, Paco Melero, unas salchichas de ternera retinta y quererle dar una utilidad mas allá del típico perrito caliente. Se me ocurrió hacer un guiso con ellas parecido al que ya tengo publicado de «Ragú de Salchichas«, que nos gustó mucho y buscando por la red encontré la receta de spetzofai que tiene publicada Carlos (Mercado Calabajío), que es un plato de origen griego de salchichas especiadas y pimientos, pero adaptado a ingredientes que tenemos mas a mano y por supuesto a nuestros gustos, como siempre digo, cada uno le dá el punto al plato que más le gusta y esta receta no va a ser menos.

¡Ponte el delantal!

Ingredientes para la receta de salchichas de ternera retinta

  • 500 gr. de salchichas de ternera retinta
  • Una (1) berenjena grande
  • Tres (3) tomates grandes y maduros
  • Dos (2) pimientos verdes (italiano)
  • Un (1) pimiento rojo
  • Dos (2) dientes de ajo
  • Una (1) cebolla fresca
  • 40 ml. de vino blanco Gran Mayeto
  • Un (1) Chile o ají
  • Pimienta negra
  • Orégano
  • Aceite de oliva virgen extra (yo usé Legado Sierra)
  • Sal

Elaboración de la receta de salchichas de ternera retinta

  1. Lava bien todas las verduras y empieza cortando la berenjena en rodajas de mas o menos un (1) cm de grosor, ponlas en un escurridor con un poco de sal para que suelten amargor,
  2. Corta los tomates por la mitad y rállalos con un rallador para obtener toda la pulpa y desechar la piel.
  3. Pela y pica muy fina la cebolla y el ajo. Corta los pimientos en trozos más grandes, reserva todo para después freírlo.
  4. Pon una sartén a fuego medio con tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra, en ella fríe las salchichas enteras, sin cortar ni separarlas, ya lo harás mas tarde. Tapa la sartén pues las salchichas salpican y pueden quemarte. Una vez estén bien fritas las reservas
  5.  Fríe los pimientos en la misma sartén y reservalos a igual que las salchichas.
  6. Sin cambiar la sartén, y si hiciese falta una cucharada más de aceite de oliva la añades, sofríe el ajo y la cebolla, que se doren y ablanden. Si lo ves necesario baja un poco el fuego para que no se quemen, pues daría sabor amargo al guiso.
  7. Cuando esté bien pochado incorpora el vino y cuando reduzca añade el tomate rallado. Tapa la sartén y deja cocinar unos quince (20′) minutos a fuego medio/bajo.
  8. Mientras se fríe el tomate, pon otra sartén al fuego y a modo de plancha -sin aceite- haces las berenjenas poco a poco y las vas reservando.
  9. Destapa el tomate y a fuego bajo déjalo unos minutos más para que evapore un poco de agua, añade un poco de sal, dos vueltas del molinillo de pimienta negra y una pizca de orégano.
  10. Es el momento de cortar las salchichas y añadirlas a la sartén junto con los posibles jugos que hayan podido soltar. Las dejamos cocinar unos minutos con la sartén tapada para que se hidraten y suelten todo el sabor.
  11. Pasados esos minutos incorporamos los pimientos y berenjenas y tapamos unos cinco (5′) minutos más para finalizar el guiso.

Prepara un buen pan de campo!

Curiosidades de la receta de salchichas de ternera retinta

Salchicha de ternera retinta es la que he usado en esta receta, pues mi carnicero Paco Melero de Vejer de la Frontera (Cádiz), las suele tener muy frescas y de total confianza, tanta, que las sirven en el Bar de Tapas «Valvatida« en un plato al que su cocinero Jesús Recio puso de nombre «Retindog», que no es otra cosa que un perrito caliente de ternera retinta, mostaza y cebolla frita muy bien presentado.

Puedes usar cualquier otra salchicha de carnicería que encuentres, seguro que no varía la esencia primordial del plato.

Los tomates también puedes pelarlos y picarlos muy finos, pero a mi me gusta más esta textura al rallarlos. Si no tienes tomates puedes usar una lata de tomate triturado que sea de calidad.

El vino para mi es algo esencial, si pones un mal vino estropeas el plato. Yo para cocinar suelo usar el vino blanco Gran Mayeto de Bodega el Gato que da unos resultados estupendos. Si no tengo pues cualquier vino que tenga a mano y sea capaz de beberme sin que me cambie la expresión de la cara a desagradable.

Que no tienes berenjena o no te gusta, prueba a ponerle calabacín, todo sea  eso…

A mi me gusta mucho el toque picante, pero si te gusta más suave no le pongas chili. Y si te gusta pero no lo tienes, prueba con una guindilla, dará un resultado parecido.

¡Espero que os guste amig@s!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Receta de callos paso a paso

Receta casera de callos paso a paso.  Esta receta debería de llamarse Callos Rafaela, en honor a mi tía Rafi que fue la que me enseño a hacer este guiso tradicional, tal y como ella lo hace, como se suelen hacer en Écija, con sus medidas, aunque yo lo he adaptado un poco, sólo en las cantidades para que no haya error posible, por lo demás está tal y como ella me lo explicó.

Esta es una receta fácil de callos, muy parecidos a la Receta de Callos a la Madrileña sólo que no suele llevar chorizo y morcilla, aunque reconozco que normalmente se los echo y se convierten en un espectáculo de guiso superlativo.

Los callos son toda una receta casera de casquería, que o te gustan mucho o los detestas como ya dije de las carrilladas, por su textura gelatinosa que se acentúa con las manitas de cerdo, pero quien los prueba y le gustan, vuelven, siempre vuelven…

¿Qué mejor que este tiempo frío y lluvioso para hacer este guiso de callos?

¡Ponte el delantal!

Ingredientes para la receta de callos ¿Qué llevan los callos?

  • Un (1) kg. de Callos de ternera
  • Una (1) manita de cerdo (cortada en cuatro trozos)
  • Una (1) cebolla
  • Medio (1/2) pimiento rojo
  • Una (1) cabeza de ajos
  • Un (1) tomate
  • Pimienta negra en grano (Media cucharadita)
  • Dos (2) guindillas
  • Chile o cayena molida (la punta de una cucharada pequeña)
  • Una (1) cucharada pequeña y rasa de pimentón dulce
  • 100 ml. de vino blanco o fino
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Vinagre para lavar los callos
  • Chorizo y Morcilla (opcional)

Elaboración de la receta de callos ¿Cómo se hacen los callos?

  1. Lava muy bien los callos y las manitas con agua limpia. Déjalos con agua y un chorrito de vinagre durante al menos media hora y repite la operación de lavarlos con agua limpia bajo el grifo, aún habiéndolos comprado ya limpios.
  2. Corta la cebolla y el tomate por la mitad, el medio pimiento rojo en trozos y pela la cabeza de ajos, pero sólo las capas exteriores para limpiarla bien, debes dejar la cabeza de ajos entera.
  3. En una cazuela echa los callos y las manitas junto con la cebolla, el tomate, el pimiento, la cabeza de ajos, las especias (pimienta negra, guindillas, chile molido y pimentón dulce), un poco de sal, tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra y 100 ml. de vino blanco
  4. Pon a fuego medio la cazuela y espera a que se consuman los líquidos. Los callos soltarán liquido por tanto se irán haciendo sin que se peguen, sin embargo no debes de dejar de vigilarlos y moverlos de vez en cuando.
  5. Una vez se hayan consumido los líquidos cubre los callos con agua y tapa la cazuela. Deberás dejarlos una media (1/2) hora.
  6. Muele o tritura la cebolla y el tomate para añadirlos al guiso. Deshecha la cabeza de ajos. Deja al fuego quince (15′) minutos mas y aparta.

Prepara una buena hogaza de pan.

Curiosidades de la receta de callos

Asegúrate de limpiar muy bien los callos, yo lo suelo hacer con vinagre pero hay quien lo hace con limón. No compres callos en sitios que no sean de tu confianza o callos que tengan mal color y olor fuerte y desagradable.

Si te gustan mas los callos de cerdo que los de ternera puedes usarlos tranquilamente, pero no uses callos de los que vienen envasados ya guisados.

A mi me gusta que tenga el punto de picante que se note, si te gusta más suave quita una guindilla y el chile o cayena molida, suavizará un poco el guiso.

Si quieres puedes ponerle como ya te he comentado chorizo y morcilla, hasta panceta o tocino si te gusta será algo parecido a unos callos a la madrileña. No uses chorizo picante pues con las especias ya lleva bastante pique.

Estos callos, mi tia y allí en Écija los suelen acompañar con patatas fritas aunque yo no suelo hacerlo, aquí en Cádiz se le suelen echar garbanzos, pero no como Menudo gaditano que esa es otra receta, sino como Callos a la Andaluza.

El maridaje de este plato sería con un buen vino tinto, uno intenso y perfumado, con gran potencia en boca… ¿Qué os parece un Samaruco? De las Bodegas Luis Pérez.

¡Espero que os guste amig@s! ¡Gracias tita por esta magnifica receta!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Ragú de salchichas

Ragú de salchichas frescas al horno. A veces no comemos algunas cosas por creer que son demasiado calóricas o por su mala fama sin embargo hay productos estupendos y bajos en calorías que desmienten todo lo anterior, hablo de los productos cárnicos y los embutidos Sabrosanos de Serrano. Para solucionar esta «mala imagen» que tienen algunos productos, Cárnicas Serrano elabora productos sanos y con menos del 2% de grasas sin renunciar al buen sabor.

Aprovechando que me han enviado una serie de productos para que los pruebe, he descubierto que hay productos mas allá de la típica e insulsa pechuga  de pollo. Para llevar una vida saludable sólo hay que elegir bien lo que comes y hacer algo de deporte, Serrano sabe bien cómo hacerlo y por ello nos propone: «Pásate a Serrano». Además de esto influye la forma de cocinar los alimentos y este guiso de salchichas al horno es una forma sana de prepararlo ya que se cuece en sus propios jugos, no incorporo mas sal de la que llevan los alimentos y apenas le hace falta grasa para su cocción, prueba a sacarle partido a tu horno y no a la freidora, saldrás ganando!!

Esta receta que os propongo es una adaptación de la receta «Ragout de salchichas y tomates» del programa «En casa de Jamie» donde cocinero Inglés Jamie Oliver nos transmite el entusiasmo que le pone a la cocina y su forma de cocinar, que a pesar de parecer un tanto anárquico y algo «cochino», como dice mi amiga Carmen, es un estupendo cocinero.

¡Ponte el delantal!

Ingredientes para la receta de ragú de salchichas frescas al horno

  • Cinco (5) Salchichas frescas o longaniza fresca Serrano baja en grasa
  • Quince o veinte (15/20) tomates cherry
  • Media (1/2) berenjena
  • 150 gr. de bacon o panceta
  • Dos (2) hojas de laurel
  • Una (1) rama de romero fresco
  • Dos (2) dientes de ajo
  • Un poco de orégano
  • Mezcla de pimientas
  • Aceite de oliva virgen extra

Elaboración de la receta de ragú de salchichas frescas al horno

  1. Enciende el horno a 180º arriba y abajo. Cuando caliente mete una cazuela de barro dentro para que tome temperatura.
  2. Lava muy bien la verdura. Corta la berenjena y el bacon en dados.  Pincha los tomates cherry para que suelten su jugo y no revienten.
  3. Cuando esté bien caliente la cazuela echa unas dos cucharadas de aceite de oliva, déjalo calentar y añade el bacon.
  4. Una vez el bacon esté dorado añade los tomates, la berenjena, las hojas de laurel, la rama de romero fresco, un poco de orégano y pimienta. Cuece unos cinco (5′) minutos.
  5. Pincha las salchichas e incorpóralas a la cazuela untadas en aceite de oliva. Añade también un par de dientes de ajo con su piel, sólo golpéalos sobre la tabla de cortar con el cuchillo. Deja cocinar unos cuarenta y cinco (45′) minutos moviendo de vez en cuando con una cuchara y volteando las salchichas para que se doren por igual.
¡Sírvelo con un buen pan casero o de pueblo!
 
 

Curiosidades de la receta de ragout de salchichas frescas al horno

Las salchichas que he utilizado son de Cárnicas Serrano porque como ya he comentado son bajas en grasa sin perder el buen sabor pero si no tienes puedes usar las de tu carnicero de confianza o unos chorizos criollos que también salen muy buenos. Desaconsejo por completo las salchichas envasadas tipo Frankfurt.

Puedes utilizar tomates normales pero tendrás que escaldarlos en la cazuela algo mas de cinco minutos (punto 4) y retirar la piel cuando estén tiernos antes de pasar al punto 5, con cuidado de no desmenuzarlos ni aplastarlos.

Este guiso admite casi cualquier cosa, puedes echarle champiñones, setas, espárragos trigueros, calabacín deja volar tu imaginación o mira en el frigorífico a ver que tienes, no seas cuadriculado en la cocina como en el sexo casi todo vale 😉

Si te gusta puedes servirlo con un chorrito de vinagre balsámico de Módena, verás que punto mas bueno le da.

Si quieres que el ragú sea todavía mas ligero y sano prescinde del bacon que aunque le da muy buen sabor también le aporta calorías extra. Has de tener en cuenta que al no incluir el bacon, que de por sí es salado, deberás añadir algo de sal o el ragú estará soso.

Un buen puré de patatas casero para acompañar este plato sería una opción estupenda, tan rápido y fácil de preparar, pincha sobre el nombre y aparecerá la receta por si tienes dudas de cómo hacerlo.

¡Espero que os guste amig@s!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

 

Atún encebollado

Ventresca de atún rojo  encebollada. El atún rojo o atún toro como lo llaman los japoneses, es el cerdo ibérico del mar, de él se aprovecha prácticamente todo, es de los pescados más valorados para su consumo por su enorme fuente de proteínas y aceites grasos omega 3 ya que es un pescado azul, el rey de los azules diria yo… Aquí en Cádiz hay una gran tradición conservera pero también muy buenas recetas con atún, varias de las cuales os las iré mostrando. Podría quedarme toda una parrafada hablando de este grande de los oceanos pues hay mucho que contar y mucho que aprender de él pero si queréis saber un poco más sólo tenéis que pinchar el enlace siguiente donde el escritor y gastrónomo gaditano, miembro del Grupo Gastronómico Gaditano y autor del libro «El libro del Atún y su cocina» Carlos Spínola nos habla de él: El atún y su consumo.

El atún encebollado es una receta tradicional cuya paternidad, como dice el gastrónomo Gaditano Pepe Oneto en su libro «Memoria de una Isla de Olores y Sabores», la reclaman para sí los Barbateños y Onubenses, y es posible que lleven razón pero hay que reconocer que esta especialidad se ha hecho desde tiempos ancestrales en mi Isla natal, la Isla de León (San Fernando), por lo que se le puede dar el calificativo de receta Gaditana o mas aún, Receta Isleña.

Ingredientes para la receta de atún encebollado

  • Un (1) Kg. de atún fresco (yo usé ventresca de atún rojo)
  • Tres (3) cebollas (preferiblemente rojas)
  • Dos (2) dientes de ajo
  • 250 ml. de vino fino (o blanco)
  • Dos (2) hojas de laurel
  • Una (1) cucharada pequeña rasa de pimentón dulce
  • Media (1/2) cucharada pequeña de orégano
  • Unos granos de comino (opcional)
  • Pimenta negra
  • Aceite de oliva virgen extra Gil-Luna
  • Flor de sal (o sal común)

Elaboración de la receta de atún encebollado

  1. Lava el atún, mételo en agua fría unos diez (10′) minutos para que se desangre y sécalo. Trocéalo en dados de unos dos (2) centímetros aproximadamente. Marina el atún en un bol con la sal, pimienta, orégano, cominos y lo reservas.
  2. Corta las cebollas en rodajas. Pela los ajos y los cortas en láminas.
  3. Pon una olla a fuego medio con el fondo cubierto de aceite de oliva. sofríe  los ajos y antes de que cojan color añade la cebolla. Incorpora el laurel. Deja pochar a fuego suave hasta que la cebolla esté muy tierna.
  4. Retira la olla del fuego y añade el pimentón, remueve bien para que se integre y no se queme o tomará un sabor amargo.
  5. Vuelve a poner al fuego lento la olla, añade el vino y los trozos de atún. Deja reducir y que el atún haga durante unos quince (15′) minutos. No le pierdas ojo para que no se te pegue y ve moviéndolo con cuidado para que no se desmenuce. Si ves que se queda sin caldo puedes echarle un poco de caldo de pescado (fumet) o simplemente un poco de agua.
  6. Rectifica de sal si hiciese falta. ¡Ya lo tienes listo!

¡Prepara la telera de pan que hay donde mojar!

Curiosidades de la receta de atún encebollado

La receta está hecha con ventresca de atún rojo de almadraba también llamada, ventrecha, barriga o ijada pero puedes utilizar cualquier otro trozo como lomo, cola, tarantelo, etc u otro tipo de atún como barcora, bonito, listado, etc.

El atún no debe de hacerse mucho o corres el riesgo de que quede seco por ello debes de vigilarlo ya que el tiempo de cocción del atún es corto y debe quedar jugoso.

La cebolla que se suele utilizar para esta receta es la cebolla roja, si no la encuentras usa una cebolla blanca fresca que también es suave o sino usa una cebolla común.

No me canso de decir que utilices un vino de calidad y no un vino que no serías capaz de tomarte, es una pena gastarte un dinero en un pescado de calidad para que le eches un vino de cartón. Puedes usar un fino de Chiclana o Jerez le viene estupendo o una manzanilla de Sanlúcar.

Esta receta es 100% sin gluten y por lo tanto apta par Celíacos.

 ¡Espero que os guste amig@s!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Patatas guisadas con costilla

Patatas guisadas con costillas de cerdo. Bueno ya estoy de vuelta, después de estos días de ausencia traigo una receta para recuperar lo desgastado en la carrera que os comenté en la anterior entrada… os cuento un poco.

El pasado fin de semana estuve en los 101 km en 24 horas de Ronda como ya os comenté, ha sido una de la carreras más duras de mi vida y no tanto por los kilómetros sino por la calor asfixiante. El día fué muy duro  ya la noche mucho mas liviana al bajar las temperaturas, al final terminé en 22 horas y 45 minutos aproximadamente muy cansado y dolorido pero increíblemente feliz, los malos tragos se me olvidaron al cruzar la meta arropado por los amigos y conseguir el preciado «ladrillo» que no es más que una medalla conmemorativa que sólo le dan al que finaliza.

Desde aquí quiero agradecer a todos los amigos y compañeros que de una forma u otra me han ayudado en la preparación y consecución de la carrera sobre todo a Jose Manuel Rebollido que ha sido el que me ha metido el ultrafondo en las venas apostando por mi desde el primer momento y enseñándome todo lo que sabe, a Juan José Nicolini que ha estado todo este año  entrenando conmigo y no pensó en abandonar ni un sólo instante además de ser un apoyo incondicional, a José Antonio Santigosa por lo grande que es, por su entrega desinteresada y por sus palabras que tanto ayudan en los momentos delicados, a Manuel García Melgar por su compañía, su humildad y sencillez, a mis hermanos «Los Últimos Susmurais»  y a tantos otros que no nombro pero que también se merecen mención especial aunque si sigo nombrando no pongo receta alguna que de eso trata este blog y no quiero aburriros con tanta dedicatoria.

Esta receta tan típica y tradicional «costilla con papas» o «papas guisadas» como siempre se les ha llamado en mi casa , es sencilla y barata, rica en carbohidratos, con las proteinas justas y baja en grasas, siempre que la costilla sea magra y le quitemos la grasa sobrante. Una receta tradicional de las de toda la vida que en cada casa se hace de forma diferente pero el resultado es similar.

¡Ponte el delantal!

Ingredientes para la receta de patatas guisadas con costilla

    • Cuatro (4) patatas grandes
    • 500 gr de costilla de cerdo troceadas
    • Un (1) pimiento rojo
    • Un (1) pimiento verde
    • Una (1) cebolla
    • Un (1) tomate maduro
    • Un (1) pimiento choricero (o su carne)
    • Media (1/2) cabeza de ajos
    • Una (1) guindilla (opcional)
    • Una (1) hoja de laurel
    • Una (1) cucharada pequeña de pimentón dulce
    • Pimienta negra
    • Unas hebras de azafrán.
    • Aceite de oliva virgen extra Gil-Luna
    • Sal
    • 200 ml de agua o caldo de pollo

Elaboración de la receta de patatas guisadas con costilla

  1. Pon a remojar en agua templada el pimiento choricero en el caso que lo tengas seco y no utilices carne de pimiento choricero envasada.
  2. En una olla o cazuela echa cuatro o cinco cucharadas de aceite de oliva y ponla a fuego medio-alto.
  3. Limpia bien de grasas las costillas y échalas en la olla para que se doren.
  4. Mientras tanto lava muy bien las verduras, pélalas y las cortas en trocitos muy pequeños (brunoise). La media cabeza de ajos sólo pela las capas exteriores y con un cuchillo afilado hazle una pequeña incisión en el lomo de cada diente de ajo.
  5. Cuando esté la costilla bien dorada echa la cebolla, el pimiento rojo y el verde que dejaremos pochar hasta que este blandita, que será cuando añadirás el tomate. Deja que se haga lentamente, salpimenta e incorpora la hoja de laurel, la media cabeza de ajos y la carne del pimiento choricero que tenías en remojo. Si quieres puedes echar una guindilla para darle un toquecito picante.
  6. Una vez la verdura esté bien pochada incorpora la cucharadita de pimentón dulce, remueve y seguidamente agrega el agua o caldo para que no se te queme y deja a fuego medio para que las costillas se ablanden o cierra en la olla exprés unos quince (15′) minutos.
  7. Pela las patatas y las troceas «chascandolas» o «triscandolas». Tienen que ser trozos irregulares pero de similar tamaño para que se hagan por igual. Lávalas bien e incorpóralas en la olla, tardarán sólo diez (10′) minutos en hacerse si cierras la olla o déjalas hacer a fuego lento hasta que estén tiernas. Si ves que tiene poco caldo puedes añadir algo más. Al chascar las patatas y no cortarlas soltarán la mas fécula que ayudará a espesar el caldo.
  8. Cuando estén tiernas las patatas retira del fuego, corrige de sal y ya tienes listo el guiso. Yo suelo retirar la cabeza de ajos pero si te gustan puedes dejarlos.

¡Pedazo de pan y a la mesa!

Curiosidades de la receta de patatas guisadas con costilla

Las costillas si son de cerdo ibérico en vez de blanco el plato pasa a convertirse en todo un manjar. También puedes sustituir las costillas por carne de cerdo o ternera y tendrás un guiso de «papas con carne» igualmente rico. Hay quien usa costilla adobada pero por aquí no es muy típica y no la encuentro fácilmente.

Puedes sustituir azafrán por cúrcuma o colorante alimentario, en mi casa mi madre siempre utilizó el colorante para poner los guisos amarillitos, ahora si no lo pongo amarillo es mi mujer la que protesta 😉

Mi madre a este guiso como a tantos otros le echa una pastilla de caldo de pollo que hace las veces del caldo, yo como ya he comentado no suelo utilizar mucho esas pastillas prefiero tener caldo de pollo o de cocido preparado para tal fin, pero si quieres puedes echarle la pastilla junto con el agua.

El pimiento choricero puedes no ponérselo pero a mí me gusta mucho el sabor que le da a los guisos, no cuesta mucho extraer su carne si lo hidratas bien pero si quieres también venden unos envases de carne de pimiento choricero muy apañados.

El sofrito con la costilla antes de añadir la patata (la patata queda zapatona al congelarla) aguanta muy bien la congelación de modo que puedes hacerlo y congelar la mitad o entero para cuando lo vayas hacer. Sólo tendrás que descongelarlo, añadir la patata y algo de caldo si hiciese falta. A veces la mitad lo hago con patatas y la otra le echo un puñado de arroz y ya tengo solucionada otra comida «Arroz con costilla» y si no quieres quitarle la patata pues «Arroz con costilla y patatas».

Esta receta es 100% Sin gluten y por lo tanto apta para Celíacos.

¡Espero que os guste amig@s!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Pollo en salsa

Pollo en salsa tradicional. Esta receta de pollo en salsa es de mi prima Auro que dice que no sabe cocinar pero saca unos platos deliciosos. Siempre va corriendo y a última hora para hacer las recetas, las planea con el tiempo justo y si le falta algún ingrediente se agobia pero sabe que tiene a su primo y con un mensajito le intento solucionar la papeleta. Le gusta comer bien tanto como a mi y disfruta a tope de las pequeñas cosas que aun siendo sencillas suele verles la parte buena: Si una receta es sencilla no ve lo fácil y rápida que es sino el cariño que se ha puesto en hacerla. Todo un lujo de comensal y por supuesto de persona.

He querido hacer esta receta tan sencilla porque además de ser de ella, es una receta tradicional y tan fácil que cualquiera puede hacerla, no tiene ingredientes complicados ni elaboraciones tediosas, en un ratito la tienes hecha y sale riquísima, ideal para quien tiene poco tiempo o está empezando a cocinar y no quiere dejar de comer bien.

¡Ponte el delantal!

Ingredientes para la receta de pollo en salsa

  •  Un (1) pollo
  • Dos (2) cebollas medianas
  • Un (1) pimiento verde
  • Media (1/2) cabeza de ajos
  • Dos (2) tomates rojos (maduros)
  • Dos (2) hojas de laurel
  • Un (1) «Lio» como dice mi prima o «Farcellet» como lo llaman en Cataluña (Que no es mas que una ramita de romero envuelta en otra de laurel y atada)
  • Medio (1/2) vaso de vino blanco (75 ml) (yo uso vino fino de Chiclana)
  • Un vaso y medio de agua (200 ml)
  • Una (1) pastilla de caldo de pollo (sin gluten)
  • Pimienta negra
  • Sal

 Elaboración de la receta de pollo en salsa

  1. Limpia bien el pollo de pieles y trocéalo. Si te lo dan limpio y troceado pues eso que te ahorras, pero no está demás el eliminar la grasa que veas que se puede quitar.
  2. Coloca una olla a fuego medio-alto con el fondo cubierto de aceite de oliva, cuando esté bien caliente echa el pollo y dóralo bien, moviendo para que no se pegue al fondo.
  3. Mientras tanto prepara la verdura. Corta las cebollas y el pimiento en trocitos pequeños. A la media cabeza de ajos quítale la primera capa pero no los peles de todo, hazle a cada diente una pequeña incisión o corte con el cuchillo. Los tomates pélalos y córtalos en trocitos muy pequeños, los reservas.
  4. Una vez esté dorado el pollo baja el fuego un poco, añade la cebolla, el pimiento y un par de vueltas del molinillo de pimienta, deja que se vaya haciendo. Verás que lo que se ha pegado al fondo al dorar el pollo se va levantando, ráscalo con una cuchara de madera, esa es la esencia del guiso.
  5. Cuando se ablanden las verduras agrega los tomates,  la media cabeza de ajos las hojas de laurel, déjalo pochar a fuego lento.
  6. En el momento que veas que la verdura está bien sofrita es el momento de añadir el «farcellet» y el vino. Reduce un poco el vino (deja que evapore) y añade el agua y la pastilla de caldo de pollo.
  7. Sólo tienes que dejar reducir hasta que consuma parte del caldo y quede una salsa espesita y ligada. Prueba el caldo antes de que reduzca del todo para comprobar que está correcto de sal.

Prepara pan y ¡A comer!

Curiosidades de la receta de pollo en salsa

Como soy un poquito quisquilloso yo doraría el pollo y lo reservaría, en la misma cazuela pocharía la verdura y una vez pochada de nuevo agregaría el pollo, pero como la receta es de mi prima y he querido seguir sus pasos la he hecho tal cual ella me ha dicho que no por esto sale mal, el pollo salió de categoría.

El pollo que he empleado es un pollo entero que lo he troceado, quitado la piel y grasas, puedes utilizar este, uno troceado ya o sólo los trozos que te gusten como los cuartos traseros o la pechuga. Si usas pechuga ten en cuenta que te puede quedar algo seca de modo que no la cocines en exceso. Si usas un pollo de corral o campero esta receta sube de categoría, pero cuidado, que estos pollos están mas «apretados» y su carne mas dura, necesitará algo mas de cocción.

No suelo usar pastillas de caldo pero esta receta la requería, si no te gusta puedes sustituir el agua y la pastilla por caldo de pollo casero o dado el caso del que venden envasado.

Acompaña este pollo con unas buenas patatas fritas, un arroz cocido o un cuscús harás de él un buen plato único.

Esta receta es 100% Sin gluten y por lo tanto apta para Celíacos.

¡Espero que os guste amig@s y por supuesto a ti Auro! 😉

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Albóndigas de choco en salsa

Albóndigas de choco en salsa. Como ya te comenté en la receta de Menudo de choco, este molusco cefalópodo es lo mismo que la sepia o la jibia, sólo que aquí en el sur se le llama así, hay quien lo confunde con el calamar cuando no tiene nada que ver uno con el otro, quizás cortado y frito puede tener un aspecto similar pero nada más lejos de la realidad son «bichos» distintos.

Esta es una popular receta Gaditana, aunque es típica de Huelva, en fin, digamos que es una receta de aquí del Sur… pues la procedencia de esta no está determinada, pero a lo que vamos es que está rica y que así la hago yo, y como entramos en cuaresma pues toma receta de cuaresma para celebrarla o no, una opción al tradicional potaje.

¡Ponte el delantal!

Ingredientes para la receta de Albóndigas de Choco

Para hacer las albóndigas:

  • Un (1) choco de unos 400 gr.
  • Dos (2) dientes de ajo
  • Un manojito de perejil (unas ramitas)
  • Un (1) huevo
  • 200 gr. de pan duro
  • Harina
  • Aceite de oliva virgen extra

Para la salsa:

  • Una (1) cebolla
  • Un (1) puerro
  • Una (1) zanahoria grande
  • Medio (1/2) litro de caldo de pescado
  • Un vaso de vino blanco (125 ml)
  • Una (1) hoja de laurel
  • Una (1) guindilla (opcional)
  • Unas hebras de azafrán
  • Cuatro (4) cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Un poco de Pimienta
  • Sal

Elaboración de la receta de Albóndigas de Choco

  1. Limpia muy bien el choco, puedes pedirle a tu pescadero que  te lo deje limpio, aún así lávalo y córtalo en trozos grandes. Trocea también el pan y échalo junto con el choco en la picadora o batidora. Si tienes Thermomix puedes utilizarla para picarlo, yo lo hice así.
  2. Añade en el vaso el huevo, con cuidado que no caigan cáscaras, un manojo de perejil, los ajos pelados, una pizca de sal y pimienta blanca.
  3. Tritura todo pero no hace falta que quede una pasta fina, sino que queden trocitos, que sea un triturado basto.
  4.  Forma las bolas de albóndigas con las manos humedecidas en agua para que no se te pegue la masa y rebózalas en harina. 
  5. Fríelas por tandas en abundante aceite de oliva hasta que estén doradas. Resérvalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
  6. Para hacer la salsa pica la cebolla y el puerro muy fino (brunoise), pela y corta la zanahoria en daditos.
  7. Pon una cazuela a fuego bajo con las cuatro cucharadas de aceite de oliva. Pocha la cebolla y el puerro junto con la guindilla (si quieres echársela, a mi me gusta un puntito picante, sino no se la pongas) y un poco de sal. Deja que se ablande, no hace falta que se dore.
  8. Mientras tanto lleva a ebullición el caldo de pescado (fumet) en un cazo donde echarás la zanahoria troceada, la hoja de laurel, unas hebras de azafrán y unos granos de pimienta negra. Deja cocer tapado hasta que esté la zanahoria tierna pero no excesivamente pues terminará de hacerse junto con el guiso.
  9. Cuando la cebolla y el puerro esté bien pochado agrega el vaso de vino, sube el fuego y déjalo reducir un par de minutos. Añade el contenido del cazo y cuando comience a hervir incorporamos las albóndigas y comprobamos de sal y pimienta. Deja cocer unos diez (10′) minutos, verás que las albóndigas crecerán al absorber parte de la salsa. 
  10. Espolvorea con un poco de perejil picado y… !A comer! Acompaña el guiso con una buena fritada de patatas o un arroz cocido.

¡Qué aproveche!

Curiosidades de la receta de Albóndigas de Choco

Hay quien a la masa de las albóndigas le añade un huevo cocido y/o un poco de leche para que queden mas jugosas pero yo no suelo echárselo a no ser que vea que la masa está un poco seca. Si ves que la masa te ha quedado poco consistente o muy líquida puedes añadir algo de pan rallado, pero no abuses de él o secará demasiado las albóndigas.

También hay quien mezcla choco con gambas o langostinos lo que le da muy buen sabor y jugosidad a la albóndiga, echando también algunas a la salsa, y con las cabezas y pieles hace el caldo.

Haz el fumé o caldo de pescado con pescados de roca, «descartes» que se suelen llamar aquí en Cádiz, cabezas o espinas de algún pescado que hayas utilizado para otra receta o vayas a utilizar y algo de verdura. Si no tienes caldo o no quieres hacerlo puedes utilizar un envase de caldo de pescado pero no será lo mismo que un buen fumé casero. Como he comentado alguna vez no me suelen gustar las pastillas de caldo, aunque nuestras madres siempre las han utilizado y utilizan pero también es una opción, aunque… yo no te la he dicho 😛

Si al guiso le echas unos guisantes, que por cierto ahora estamos en temporada, quedará una salsa de lujo. Sólo tendrás que cocerlos junto con las zanahorias.

Si ves que la salsa te ha quedado un poco «caldosa» y te gusta mas ligada y espesa puedes añadirle un poco de harina o maicena. Yo suelo diluir en medio vaso de agua fría una cucharada de harina de maíz (maicena) y añadirlo al guiso, espesa la salsa sin formar grumos como puede ocurrir con la harina.

De vez en cuando, sobre todo en fin de semana, me gusta tomar una copa de vino con el guiso o plato que preparo, esta vez he maridado el plato con un vino blanco con Denominación geográfica Tierra de Cádiz «Estero Blanco» de las bodegas William Humbert. Es un vino joven y fresco de uva palomino de los viñedos de la campiña de Jerez que marida a la perfección con primeros platos, guisos, potajes y sobre todo pescados y mariscos. Este mismo vino es el que he utilizado para hacer el guiso ya que como siempre digo y no me canso de decir, no cocines con un vino que no seas capaz de beberte, si los ingredientes son buenos porqué «matarlos» con un mal vino…

Espero que os guste amig@s y en especial a ti Graci (pinchos y canapés) que tenías ganas de que publicase esta receta 😉

Ralu

Nota: El autor no tiene ninguna relación comercial o de otra índole con “Bodegas William humbert», este enlace es puramente informativo.

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Guiso de Coliflor

Guiso de coliflor. Esta receta de coliflores me la enseñó hacer mi mujer cuando se vino a vivir conmigo, es un guiso que suele hacerse en Écija, de donde es élla, aunque desconozco su origen. En su casa siempre lo han llamado Coliflores esparragadas sin tener nada que ver con los espárragos ni con esa forma de hacerlo, es mas una costumbre que otra cosa. Al principio me pareció rara porque yo sólo comía la coliflor cocida y con un sofrito de ajo y pimentón, pero ahora se ha hecho un hueco en mi recetario, además de darle a la coliflor una oportunidad y hacerla de muchas otras formas.

Este es un guiso muy fácil de hacer, rápido, barato y bajo en calorías, al no contener carne es elaborado como Receta de Cuaresma, como otros tantos  guisos y potajes. Se suele acompañar de un huevo cuajado en el mismo guiso o bacalao desmigado. No he celebrado nunca la cuaresma pero las recetas y potajes de Cuaresma.

La receta está pensada para dos (2) personas de buen comer y plato único o cuatro (4) raciones como entrante y acompañarlo de un segundo plato como un filete de pez espada, por ejemplo.

¡Ponte el delantal!

 Ingredientes para la receta de guiso de coliflores

  • Una (1) coliflor pequeña
  • Una (1) cebolla pequeña
  • Medio (1/2) pimiento verde
  • Medio (1/2) pimiento rojo
  • Un (1) tomate maduro
  • Un (1) diente de ajo
  • Un (1) clavo de olor
  • Una (1) cucharada pequeña de pimentón dulce
  • 250 ml. de agua
  • Una (1) cucharada de vinagre de Jerez
  • Pimienta de colores
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal

Elaboración de la receta de guiso de coliflores

  1.  Lava muy bien las verduras. La coliflor trocéala separando las ramitas y cortándolas por la mitad. La cebolla, los pimientos y el ajo pícalos en trozos muy pequeños. Corta el tomate por la mitad y rállalo.
  2. Pon una olla a fuego medio con cuatro cucharadas de aceite de oliva, cuando esté caliente echa la cebolla y los pimientos con una pizca de sal y pimienta. Cuando se vayan ablandando añade el ajo y el clavo de olor y antes de que se dore demasiado echa el tomate, deja a fuego lento hasta que la verdura esté bien pochada.
  3. Incorpora en la olla la coliflor, agrégale dos vasos de agua (unos 250 ml.) y la cucharada pequeña de pimentón dulce, remueve bien y deja cocer tapada a fuego lento hasta que la coliflor esté tierna. Si quieres puedes cerrar la olla exprés unos ocho (8′) minutos y acortarás el tiempo de cocción.
  4. Cuando esté tierna -a mi me gusta que quede algo «enterita» que no dura, sino que al morder ofrezca todavía algo de resistencia y no se deshaga como un puré- le puedes echar un huevo por persona y que se cuaje aprovechando los últimos minutos de cocción.
  5. Justo antes de retirar del fuego echa una cucharada de vinagre de Jerez, espolvoréa con perejíl, corrige de sal y a comer.

¡Qué aproveche!

Curiosidades de la receta de guiso de coliflores

Este guiso no tiene misterio ninguno, un sofrito y una cocción posterior, se tarda bien poco en hacerlo y aunque el olor que desprende la coliflor al cocerla es algo desagradable, los resultados nada tienen que ver con ello.

Si ves que te ha quedado mucho líquido puedes echarle junto con el vinagre una cucharadita de harina que así lo hacía mi mujer. A mi personalmente me gusta mas para ligar la salsa mezclar un poco de harina de maíz (maicena) en un poco de agua fría y añadírselo al guiso.

Al no contener gluten esta receta es apta para celíacos, teniendo en cuenta la cucharada de harina de la que te comento en el párrafo anterior.

¡Espero que os guste amig@s!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Lentejas estofadas con chorizo

Lentejas estofadas con chorizo. No os vayáis a creer que porque me haya despistado publicando algunas recetas árabes que ya no iba a publicar recetas de toda la vida como es este guiso de lentejas ¿Puede haber otro más tradicional que este? Pues aunque no os lo creáis, todavía hay gente que no sabe hacer unas simples lentejas, pero eso lo soluciono yo rápido.

Mi relación con las lentejas ha sido un tanto tortuosa, os lo explico. De pequeño es uno de esos platos que se te atraviesan, que le coges un odio atroz y pánico al llegar del colegio y encontrártelas, hasta llegar al punto de «desquiciar» a mi madre y ponérmelas de sombrero. Pues mira si da vueltas la vida que ahora no hay semana que no las prepare, eso si, triturando el sofrito para no encontrármelo (trauma infantil, que le vamos hacer), me encantan.

Como todas las recetas, hay mil y una formas de hacerlas y cada uno buscamos la que más nos gusta, pues así es como yo las hago en casa, aunque no siempre las hago igual porque somos dos en casa y a mi me gustan con jamón (como siempre las hace mi madre) y a mi mujer le gustan sin él. En fin, voy a lo que nos trae por aquí y como mi prima Marimar quería esta receta pues a ello.

¡Ponte el delantal!

Ingredientes para la receta de Lentejas Estofadas con chorizo

  • 250 gr. de lentejas pardinas (las grandes no me gustan)
  • Una (1) cebolla hermosa
  • Medio (1/2) pimiento rojo
  • Un (1) pimiento verde
  • Un (1) tomate maduro
  • Dos (2) dientes de ajo
  • Una (1) zanahoria grande
  • Una (1) hoja de laurel
  • Una pizca de comino
  • Una (1) cucharada pequeña de pimentón ahumado o pimentón dulce
  • Dos (2) chorizos (tipo rosario o jabuguito)
  • Un (1) hueso de jamón (opcional)
  • Pimienta negra
  • aceite de oliva virgen extra
  • sal

Elaboración de la receta de lentejas estofadas

  1. Lava bien todas las verduras y las pelas. El tomate lo rallas y lo reservas.
  2. Corta la cebolla, los ajos y los pimientos en trozos grandes. La zanahoria en taquitos pequeños o a en rodajas, eso es a gusto.
  3. Cubre el fondo de una olla con aceite de oliva y la pones a fuego medio. Cuando tome temperatura echa la cebolla y los pimientos, añade una pizca de sal para que sude la cebolla y se vaya reblandeciendo. Al cabo de unos minutos añade el ajo, que para que no se nos queme lo echamos más tarde, echa también unas semillas de comino, y unas vueltas del molinillo de pimienta negra.
  4. Una vez tome color la verdura y antes de que se nos pegue agrega el tomate rallado y cuando veas que la verdura esté bien pochada le echas la cucharadita de pimentón ahumado, remueve y retira del fuego.
  5. En este punto yo suelo triturar todo el sofrito con un vaso de agua, si a ti te gusta sin triturar puedes saltarte este paso, sino, añade un vaso de agua y tritura con el brazo de la batidora.
  6. Vuelve a poner al fuego y echa las lentejas pardinas, las cubres con agua que sobre pase dos dedos por encima de ellas, echa la hoja de laurel, los chorizos, la zanahoria y una cucharadita de sal.
  7. Deja cocer lentamente, sin hervir, removiendo de vez en cuando con cuidado para que no se peguen pero que no se rompan las lentejas y se conviertan en puré. Pasada la media hora prueba las lentejas para saber si están tiernas y cómo están de sal. Déjalas el tiempo que necesiten siempre y cuando tengan caldo suficiente para que no se peguen, a fuego lento y teniendo en cuenta que si echas más agua, tendrás que añadir algo de sal.
  8. Si tienes olla exprés ciérrala diez minutos, la abres y pruebas si están tiernas, si no lo están le quedará muy poco, ponlas a fuego lento y termina su cocción.
  9. Déjalas reposar y las sirves, pero si las haces de un día para otro estarán todavía mejor.

¡Qué aproveche!

Curiosidades de la receta de Lentejas Estofadas

Las lentejas pardinas, son esas lentejas pequeñitas que no necesitan remojo es por ello que puedes hacerlas sin planearlo con un día de antelación.

Esta receta para cuatro (4) personas o como en mi caso para dos y congelo la mitad, así tengo unas ricas lentejas el día que me apetecen sin tener que cocinarlas, con el correspondiente ahorro de tiempo y energía.

Aquí en Cádiz se suelen comer con babetas, que son unos fideos planos como si fuesen tallarines, aunque a mí me gusta  comer un día las lentejas y otro le echo un puñadito de arroz, sólo tendrás que tener en cuenta que tenga caldo suficiente para cocer el arroz o cocerlo aparte y añadirlo al plato.

A veces me gusta echarle un trozo de morcilla o panceta, le van estupendamente y me encanta, pero no puedo abusar de echarle embutidos que se convierte en un guiso hipercalórico. Si quieres que el guiso sea más ligero evita echarle los embutidos, te saldrá igual de rico pero con menos grasas.

Yo no suelo echarle patata, entre otras cosas porque si piensas congelar una parte con la patata no queda bien al descongelar, queda «zapatona».

Si te resulta muy fuerte el sabor a jamón puedes meterlo en agua la noche anterior y quitarle la piel dura externa, te dará sabor pero no será el protagonista.

¡Espero que os guste amig@s!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.