Salmorejo de fresas y remolacha con queso azul

Salmorejo de fresas y remolacha con queso azul. El salmorejo cordobés en casa es un plato imprescindible, no dejamos de hacerlo en todo el año porque nos encanta. Además, aunque te parezca extraño, es una de las recetas con más éxito del blog. Todo el que la hace, me lo comenta y llegan a la misma conclusión: Siempre sale igual, con una textura muy fina, un color intenso y un sabor extraordinario. En esta ocasión os traigo una variante muy fresquita, con un toque dulzón pero que al combinarlo con el queso azul lo compensa y te deja un sabor en la boca impresionante.

Creo que, en alguna de las recetas anteriores, os he contado que soy corredor habitual y amante de las Ultra Trails (carreras de ultra fondo por montaña), pues bien, este salmorejo es estupendo tanto para los días de calor que nos esperan, cómo para recuperar después de una buena carrera. Está repleto de vitamina y lo hago con un aceite de oliva ecológico Gil-Luna, de primera calidad, con aceitunas Hojiblanca, Picual y Zorzaleña, de una pequeña almazara en El Burgo (Málaga), que es propiedad de mi amiga y compañera de carreras Mariló Luna.

La receta está pensada para cuatro (4) personas y sigue la misma linea que la receta de Salmorejo Cordobés, con la variación en los ingredientes.

¡Ponte el delantal!

Ingredientes para la receta de Salmorejo de fresas y remolacha

  • 300 gr. de fresas
  • 200 gr. de remolacha cocida (dos piezas pequeñas)
  • 500 gr. de tomates maduros
  • Un (1) diente de ajo pequeño
  • 80 gr. de aceite de oliva virgen extra ecológico Gil-Luna
  • 100 gr. de pan asentado (duro)
  • Una (1) cucharada pequeña de vinagre de jerez
  • Una (1) cucharada de sal

Para la crema de queso azul

  • 100 ml. de nata
  • 40 gr. de queso azul (El Bucarito)
  • Media cucharada pequeña de mantequilla
  • Pimienta negra molida
  • Sal

Elaboración de la receta de Salmorejo de fresas y remolacha

  1. Lava los tomates y las fresas. Córtalos en trozos grandes junto con la remolacha cocida. Yo no le quito la piel a los tomates que pierde color y vitaminas.
  2. Tritura en la batidora o robot de cocina los tomates, las fresas, la remolacha y el diente de ajo. Añade el pan troceado, la sal y el vinagre. Vuelve a poner en marcha la batidora para triturarlo todo muy bien. Tiene que quedar muy fino, sin grumos.
  3. Con la batidora en funcionamiento, ve añadiendo muy poco a poco el aceite de oliva virgen extra. Estará listo cuando veas que haya emulsionado bien y tenga una textura homogénea. Guárdalo tapado en el frigorífico para que esté bien frío al servirlo.
  4. Ahora prepara la crema de queso. Corta o desmenuza el queso azul. Pon un cazo a fuego medio-bajo con la nata, el queso azul, la mantequilla, un poco de sal y pimienta. Ve removiendo de deshaciendo el queso. Yo lo paso por un colador para que la textura sea muy fina. Deja enfriar a temperatura ambiente.
  5. Sirve el salmorejo fresquito, en un cuenco o plato hondo, con unos hilos de crema de queso azul.

¡Acompaña este salmorejo con trozos de fresas y remolacha!

Curiosidades de la receta de Salmorejo de fresas y remolacha

Si ya se terminó la temporada de fresas y quieres hacer este salmorejo puedes emplear fresas o frambuesas congeladas, que las venden en los supermercados. Una buena idea es cambiar las fresas por sandía o cerezas.

Si no tienes robot de cocina y tu batidora no tiene la suficiente fuerza, pica bien todos los ingredientes y ve añadiéndolos uno a uno, es decir: Primero los tomates, los trituras. Después la fresas, las trituras. Y así con el resto de ingredientes.

Para hacer la crema de queso azul puedes poner los ingredientes en un bol y calentarlo 30 segundos en el microondas. Mezcla y vuelve a ponerlo otros 30 segundos. Remueve bien y tendrás hecha la crema en un minuto.

He usado un queso azul de mi tierra, un queso azul gaditano, de la Quesería El Bucarito. Está elaborado con leche cruda de cabra y ostenta el mayor tamaño de este tipo de quesos en España, unos 15 kg.  El queso azul del Bucarito tiene un olor agradable a nata y una textura en boca pastosa, sin llegar a ser empalagosa. El regusto es equilibrado, sin amgargar, deja buen sabor de boca continuo.

A este salmorejo de fresas y remolacha le va muy bien la cebolla frita o la berenjena rebozada, le pone un punto crujiente. También lo puedes acompañar por trocitos de queso azul para aportarle textura al comerlo. A mi me gusta masticar el salmorejo no beberlo 😉

¡Espero que os guste amig@s!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.