Empanada Gallega de carne.

La Empanada es uno de los platos Gallegos por excelencia, siempre está presente en todas las fiestas, reuniones y celebraciones, aunque ya es un bien común en todas partes, lo bueno se comparte y llega a todos los lugares. El pasado 11 de noviembre fué el día de San Martín, que marca la fecha de los fríos del invierno y fecha tradicional de las matanzas del cerdo en Galicia y de ahí la expresión «a todo cerdo le llega su San Martín» («A todo porco lle chega o seu San Martiño»), pues en honor a «San Martiño» mi empanada es de carne de cerdo o sea de «raxo».

La empanada no tiene mucho misterio, un sofrito -que es la base principal-, una masa fácil de hacer -normalmente de harina de trigo, pero también se hace de maiz sobre todo en las Rías Baixas- y un relleno, el que mas guste, se puede rellenar de casi cualquier cosa, no obstante según la zona, tradicionalmente se le pone un relleno diferente. En este caso voy a rellenarla de «raxo», como ya he dicho, pero una de las mas famosas y extendidas es la de atún o bonito,  las del cocido, que se hace con las carnes de este, o las de aprovechamiento, que se hacen con los restos de comida de cualquier guiso o asado que hayamos hecho.

En mi familia no hay gallegos pero si muchos y muy buenos amigos de allí, esta receta la dedico a todos mis amig@s galleg@s, los que lo son y los de adopción y con especial cariño a la «Señora Justa», que hace las mejores empanadas que he probado nunca y he probado unas pocas.

¿Manos a la harina? Pues, ¡Ponte el delantal!

Ingredientes

Para el sofrito

  • 125 ml. de aceite de oliva virgen extra
  • Dos (2) cebollas
  • Un (1) tomate
  • Medio(1/2) pimiento verde
  • Medio (1/2) pimiento rojo
  • Dos (2) dientes de ajo
  • Una (1) cucharada pequeña de pimentón dulce de la vera
  • Sal

Para la masa

  • 500 gr. de harina de trigo
  • 200 ml. de agua tibia
  • 100 ml. de aceite del sofrito
  • 50 ml. de vino blanco
  • 25 gr. de levadura prensada o de panadero
  • Una (1) cucharada pequeña de sal
  • Un (1) huevo (para pintar la empanada)

Para el relleno

  • 500 gr. de lomo de cerdo
  • Dos (2) dientes de ajo
  • Media (1/2) cucharada de orégano
  • Dos (2) hojas de laurel
  • Una punta de pimentón
  • sal

 

 Elaboración

1.- Lo primero es hacer el sofrito, para ello pon una sartén amplia al fuego medio con los 125 ml. de aceite de oliva. Corta las cebollas en juliana, los pimientos y los ajos en trocitos. Cuando esté el aceite caliente echa la cebolla, los pimientos y los ajos, deja que se poche lentamente.

2.- Ralla el tomate y cuando esté todo bien pochado se lo añades al sofrito y sigue pochando hasta que se haga. A continuación añade el pimentón y retira del fuego para que no se queme, remueve bien y pasas todo el sofrito a un colador con un recipiente debajo para recoger el aceite sobrante, que utilizarás para hacer la masa.

3.- Corta la carne en trocitos, alíñala con el ajo bien picadito, el orégano, un poco de sal, las hojas de laurel y la punta del cuchillo de pimentón. Remueve bien para que se adobe la carne y resérvala.

4.- Para hacer la masa coge un bol o recipiente profundo y echa la harina previamente tamizada. Haz una especie de volcán en el centro.

5.- Calienta el agua, desmenuza la levadura en el agua y la echas en el volcán. Añade también el aceite de haber hecho el sofrito, el vino blanco y la cucharadita de sal.

6.- Mézclalo bien con una lengua o cuchara de madera y cuando se integren bien todos los ingredientes, pasa la bola de masa a una mesa con un poco de harina espolvoreada para que no se pegue.

7.- Amasa bien unos diez (10′) minutos para que la bola de masa se haga mas firme, poco a poco se irá haciendo mas elástica y menos pegajosa. Reserva la masa en un bol enharinado y tapado con un paño limpio al menos una hora (1 h).

8.- Mientras reposa la masa, en la misma sartén donde has hecho el sofrito, echa un un par de cucharadas de aceite de oliva y fríe la carne, no la hagas mucho pues se terminará de hacer dentro de la empanada en el horno. Mezcla el sofrito que has hecho con la carne, deja que se enfríe y resérvalo.

9.- Ahora divide la masa en dos partes, una un poco mas grande que otra, la grande será la de abajo y la pequeña para arriba.  Estira la cada una con un rodillo, con cuidado de que no se te rompa, sobre una encimera ligeramente enharinada para que no se te pegue.

10.- Coloca sobre una bandeja para horno un papel de hornear y sobre este la masa estirada mas grande. Añade el relleno y extiéndelo por toda la superficie de la base.

11.- Tapa con la otra masa y recorta los bordes sobrantes, sella los bordes dando pequeños pellizcos para que no se abra.12.- Con la masa que te ha sobrado de los bordes haz unas trenzas, tiras o cordoncitos para adornar, una de ellas circular y la colocas en el medio con un ajujero en la masa para que respire. Pincha la masa con un tenedor para que no se infle al cocerla en el horno.

13.- Precalienta el horno a 180ºc, arriba y abajo. Mientras bate un huevo y pinta toda la superficie de la empanada, para que quede con un bonito color dorado.

14.- Mete la empanada en el horno a media altura y hornearla unos cuarenta (40′) minutos.

¡Por fin tienes tu empanada!

Curiosidades

 La empanada puedes hacerla con tiempo suficiente, y dejarla en el frigorífico hasta que la vayas a cocer. Si haces el sofrito el día anterior te saldrá la empanada todavía más rica.

La carne puedes ponerla en filetes finos, cortarla en tiras o picada. Yo la he hecho con lomo pero si quieres puedes utilizar otra parte que te guste. Ya sabes, puedes cambiar la carne por cualquier ingrediente que te guste, pollo, marisco, pescado, hay infinidad de combinaciones.

Vigila la empanada y si al cocer la empanada se infla, pínchala con un tenedor, se bajará la masa inmediatamente.

Si quieres calentar la empanada enciende el horno a 200º y cuando esté caliente mete la empanada, déjala tres o cuatro minutos y la tendrás de nuevo rica y calentita.

¡Qué la disfruteis amig@s!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Croquetas de bacalao

Las croquetas me pierden, como ya he dicho en alguna que otra ocasión, el mes pasado os expliqué la forma de hacer unas croquetas de cabrales, pero eran de patatas, hoy os voy a explicar la forma de hacer las croquetas tradicionales, en este caso rellenas de bacalao. Las croquetas tienen su origen en Francia pero son tan populares en España como en cualquier país del mundo, con sus variantes correspondientes.

Esta receta la tenía pendiente de publicar pero, de la forma que me lo ha pedido la hija de mi amiga Cori, Helena, no me he podido negar a publicarla. Helena tiene 1 año y medio y  con un apetito que mas quisieran muchos, le gusta casi todo, como a los padres, que son de buen comer. He aquí pues la receta, ideal para chicos y grandes.

Las croquetas tienen poco misterio, es tan fácil como seguir los pasos de la receta de  salsa bechamel, pues la masa de las croquetas no es más que una bechamel enriquecida con el relleno que le queramos poner.

¡Ponte el delantal!

Ingredientes

Para la bechamel

  • 60 gr. de harina de trigo
  • 60 gr. de mantequilla
  • 700 ml. de leche entera
  • Nuez moscada
  • Pimienta blanca molida
  • Sal

Para el relleno

  • Una (1) cebolla
  • 200 gr. de bacalao desalado
  • Un manojo de perejil fresco
  • Dos (2) cucharadas de aceite de oliva virgen extra

Para el empanado

  • Dos (2) huevos
  • 150 gr. de pan rallado
  • Sal

Elaboración

1.- Lo primero es tener el bacalao desalado, para ello debes meterlo en agua al menos 12 horas antes de elaborar la receta e ir cambiándole el agua cada cuatro u seis horas, como ya he comentado en otras recetas como la del bacalao dorado. Seca y desmiga el bacalao, lo reservas.

2.- Pon una sartén amplia a fuego medio, echa dos cucharadas de aceite de oliva y espera que se caliente. Mientras tanto pica la cebolla y el perejil muy fino (brunoise). Reserva el perejil.

3.- Echa la cebolla en la sartén, la sofreímos unos diez (10′) minutos hasta que esté blandita y comience a dorarse, en este momento añadimos el bacalao y el perejil, removemos bien y retiramos del fuego.

 3.- En la misma sartén hacemos la bechamel como te indico pinchando en la receta de Salsa Bechamel y la mezclamos  bien con el relleno. Al ser el bacalao de por sí salado tendrás que probar si has de rectificar con sal o no.

4.- En una fuente levemente engrasada para que no se nos pegue la masa, la echamos, cubrimos con papel film sobre toda la superficie para que no nos quede reseca la masa y se forme costra y reservamos en el frigorífico.

5.- Cuando la masa esté fría, mejor de un día para otro, comenzamos a empanar las croquetas, para ello prepara dos platos hondos, uno con los dos huevos batidos y un poco de sal y el otro con el pan rallado.

6.- Con una cuchara ve cogiendo porciones de masa, le dales forma, ya sea con dos cucharas o con la mano y las pasas primero por huevo y después por pan rallado. Repite el proceso hasta que no te quede masa. También puedes hacer las croquetas que te vayas a comer y guardar la masa en el congelador para hacerlas en otra ocasión.

7.- Pon una sartén a calentar con abundante aceite de oliva, cuando esté bien caliente ve friendo las croquetas en tandas pequeñas para que no se nos enfríe el aceite y podamos manejarlas bien al darles la vuelta, así se dorarán bien por todos los lados. Las vamos reservando en papel absorbente para quitarles el exceso de aceite.

¡A la mesa!

Curiosidades

Si no tienes tiempo o simplemente no te apetece desalar el bacalao puedes comprar unos envases de bacalao desalado en tu supermercado habitual, suele ser más barato que comprar un lomo y muy apañado si vas con prisas.

Esta receta está hecha con la base de la Salsa Bechamel, simplemente le he reducido la cantidad de leche para que me salga una masa mas compacta de forma que pueda trabajarla con comodidad al hacer las croquetas y cuando las fría no se abran.

En este caso las he hecho con bacalao, pero puedes hacerlas con cualquier ingrediente que se te ocurra como jamón, carne, pescado, verduras o aprovechar restos de otras recetas para el relleno, como carnes del cocido, puchero o berza.

Como ha he dicho antes, puedes congelar la masa o hacerlas todas y congelarlas, simplemente tendrás que freírlas sin descongelar en el momento que quieras, estupendas para una tapeo o llevártelas en un «tupper» al trabajo.

Si te gustan contundentes y bien empanadas puedes pasarlas primero por pan rallado, después por el huevo y termina por el pan rallado, te quedará una capa de empanado extra y la croqueta tendrá más consistencia pero con todo el cremoso interior.

Si te parece engorroso el hacer las croquetas, prueba a meter la masa en una manga pastelera o en una bolsa para congelados, corta uno de los extremos y haz una especie de churros sobre una superficie plana. Corta con el cuchillo las porciones y las empanas. Es otra forma fácil de hacerlas.

¡Espero que os guste amig@s!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Salsa Cabrales

La salsa o crema de Cabrales, como bien indica su nombre está hecha con queso de cabrales, es una salsa muy sabrosa que combina bien con cualquier carne, algunos pescados, patatas y otros muchos ingredientes.

El cabrales, aunque intenta ser el protagonista de las recetas por su sabor, al suavizarlo con la nata proporciona un acompañamiento muy sutil de modo que aunque en principio os de reparo por su fuerte sabor y olor, queda mermado pero no por ello oculto, dando al plato la categoría que se merece.

Apuesto por este queso cabrales que es un queso azul de primera línea, de nuestra tierra y nada tiene que envidiar al famoso queso roquefort, al gorgonzola o a cualquier queso azul que se precie, con los que tantas recetas se pueden elaborar.

Seguro que mis cuñados Fernando y Silvia ya se están relamiendo y pensando en a qué se la van a echar ya que les encanta el cabrales tanto como a mi.

¡Ponte el delantal!

Ingredientes

  • 50 gr. de queso cabrales
  • 200 ml. de nata (crema para cocinar)
  • Una cucharada de mantequilla
  • Pimienta blanca molida
  • Sal

Elaboración

1.- Pon un cazo a fuego medio con la mantequilla. Cuando esté derretida añade la nata, sin dejar que llegue a hervir. Remueve de vez en cuando.

2.- Corta el queso en pequeños trozos e incorpóralos con la nata. Con una varilla remueve bien para que se derrita con el calor y se integre bien con la nata. Baja un poco el fuego y vigila que no se pegue.

3.- Deja reducir unos quince (15′) minutos a fuego bajo para que espese, mueve de vez en cuando para que no se te pegue. Échale un poco de sal y una vuelta del molinillo de pimienta.

4.- Para que la salsa quede finita y no haya ningún grumo que se pueda haber quedado, una vez lo retires del fuego, pasa la salsa con un colador, presionando con una cuchara en el interior de este.

5.- Vuelve a poner al fuego para atemperarlo y resérvalo.

¡Ya tienes lista la salsa de cabrales para emplearla en futuras recetas!

Curiosidades

Utiliza una mantequilla sin sal y corrige al final de la elaboración probando un poco de la salsa. La pimienta es mejor recién molida pero si no tienes molinillo puedes echarle pimienta molida, cuidado con pasarte, sólo un poquito.

Con esta misma receta puedes variar el queso cabrales por otro que te guste y tendrás otra salsa con la que acompañar tus platos, prueba hacerlo con un queso payoyo de la sierra gaditana o un queso de oveja al romero. También puedes utilizar cualquier otro queso azul que tengas mas a mano, como el roquefort o el gorgonzola.

Si reduces demasiado la salsa corres el riesgo de que te quede demasiado espesa, has de tener en cuenta que cuando la salsa se enfría también se espesa.

¡Espero que os sea útil y la disfrutéis!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Salsa alioli rápida

El alioli es una salsa típica de la gastronomía mediterránea elaborada a base de aceite y ajo, como su nombre bien indica en catalán-valenciano: «all i oli» o sea ajo y aceite. Al ser una salsa muy parecida en consistencia a la mahonesa, en algunas zonas se elabora a partir de una mahonesa añadiéndole ajo.

Es una salsa muy utilizada para acompañar arroces, pescados y mariscos, entre otros. Su elaboración tradicional es en un mortero, donde se echan los ajos y a la vez que se van moliendo se añade el aceite poco a poco, pero yo no os voy a enseñar esta ya que lo que intento es que podáis hacer esta salsa rápidamente y sin complicaciones, porque  no todos tienen tiempo de preparar la salsa tradicional, aunque merezca la pena  elaborarla.

¡Ponte el delantal!

Ingredientes

  • 200 ml. de aceite de oliva virgen extra (suave)
  • Un (1) diente de ajo
  • Una cucharada pequeña de zumo de limón ó vinagre de Jerez
  • Un (1) huevo
  • Sal

Elaboración

1.- Casca el huevo en un bol. Pásalo al vaso de la batidora sin que se rompa. Añade dos cucharadas de aceite de oliva, una pizca de sal, el diente de ajo pelado y unas gotas de zumo de limón o vinagre de Jerez.

2.- Introduce el brazo de la batidora y lo pegas al fondo. Comienzas a batir a máxima potencia sin moverlo. Cuando veas que está todo mezclado y se ha convertido en una especie de pasta, añade poco a poco el aceite de oliva restante, sin dejar de batir, verás que poco a poco irá emulsionando. Haz pequeños movimientos arriba y abajo para mezclar bien la salsa. Prueba la salsa y  corrige de sal si hiciera falta.

3.- Tiene que quedar una salsa cremosa y amarillita. ¿Has visto lo fácil que es?

Ya tienes tu salsa alioli para acompañar tus platos y elaboraciones.

Curiosidades

El aceite de oliva a utilizar tiene que ser suave, si el sabor del aceite de oliva te resulta muy fuerte, puedes utilizar aceite de girasol.

Yo utilizo sólo un ajo porque con más de uno me resulta demasiado fuerte, también depende mucho del ajo que uses, unos son mas fuertes que otros. Si eres valiente y te gusta un sabor más potente prueba a echarle alguno más.

Si quieres que emulsione todavía mejor la salsa o ves que te queda demasiado espesa al batir, añade unas gotas de agua a la vez que echas el aceite. Unas gotas, no te pases con el agua o estropearás la salsa.

Al ser una salsa preparada con huevo crudo, has de tener especial cuidado con el calor, y las posibles enfermedades, consérvala en el frigorífico hasta que la vayas a usar y no la guardes más de un día, es preferible hacer poquita salsa, utilizarla y tirar la que sobre a hacer mucha y poner en riesgo nuestra salud. Cada vez que hagas uso de ella usa cubiertos limpios para servir la salsa.

Si ves que el aceite y el huevo no emulsionan, es decir que no se ligan o que se corta, puedes intentar salvarla, para ello añade una cucharada de agua tibia poquito a poco, cuando veas que se mezcla sigue añadiendo un hilo de aceite de oliva hasta que tome consistencia cremosa.

¡Espero que os sea útil amig@s!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Cuscús

De nuevo os traigo una elaboración muy básica para acompañar vuestros platos o como base de otros muchos. Lo había hecho alguna vez desde que lo comí en marruecos, sin que me saliese del todo a mi gusto, me salía apelmazado y no tenía esa textura que debe tener, hasta que mi vecino Javi Recetas publicó una receta infalible y facilísima la cual he adaptado a mi forma de hacerla, desde ese momento no hay cuscús que se me resista.

El cuscús ó cous-cous es un plato tradicional en Marruecos y Argelia, está hecho con sémola de trigo y es perfecto como acompañamiento de carnes como pollo y cordero, así como verduras y platos tradicionales árabes. Se ha extendido de tal manera que se ha convertido en el plato magrebí más conocido, adaptándose a la zona donde se cocina.

Es tan fácil y rápida que, para el que se esté iniciando en ese mundo de la cocina es perfecta, también recomendada para vegetarianos, según con que se acompañe, claro. Para prepararlo se utiliza una cacerola que se llama “cuscusera”, donde tradicionalmente se cuece al vapor, pero no es este el caso puesto que no tengo esa cacerola.

¡Ponte el delantal!

Ingredientes para cuatro (4) personas

  • 250 gr. de cuscús
  • 250 ml. de agua
  • 50 gr. de mantequilla sin sal
  • Aceite de oliva suave
  • Sal

Elaboración

1.- Coge una fuente o bol y reparte por el fondo el cuscús.

2.-Pon el agua a calentar en un cazo con media cucharadita de sal, un poquito de aceite de oliva y espera a que hierva.

3.- Cuando el agua esté hirviendo, viértela sobre el cuscús de modo que se reparta bien. Déjalo que vaya absorbiendo el líquido unos cinco (5’) minutos.

4.- Pasados los cinco minutos añádele la mantequilla y remueve muy bien con un tenedor para despegar los granos y se queden sueltos.

¡Ya tienes tu cuscús listo para utilizarlo en la receta que quieras!

¿Hás visto lo difícil que es hacer esta receta?

Curiosidades

Las cantidades suelen ser, por cada parte de cuscús la misma de agua o líquido (en caso que se le eche caldo), pero es conveniente mirar en la caja del fabricante los consejos de preparación y seguirlos. Los envases que normalmente hay en nuestros supermercados son de cuscús precocido, por eso es el que se hidrate en tan poco tiempo.

Si en vez de agua, le echas caldo (de pollo, verduras, etc.) le aporta un sabor extra y queda exquisito. Pruébalo, verás cómo cambia la historia.

Puedes comerlo recién hecho, calentito, o hacerlo con antelación y comerlo frío. Se conserva muy bien para poderlo llevar en una fiambrera al trabajo.

Para servirlo puedes meterlo en un molde circular, de estos que vienen con el hueco en medio, de forma que pongas en el medio la guarnición o plato y te quedará muy bien presentado.

Hoy en día, encontramos también un cuscús hecho de arroz, de maiz o de espelta, apto para celíacos, de modo que puedan disfrutar también de este plato las personas intolerantes al gluten. Lo puedes encontrar en tiendas de dietética, ecológicas o específicas.

¡Espero que os guste y le deis buen uso amig@s!

Ralu

Nota: El autor no tiene ninguna relación comercial o de otra índole con “Alimentos sin gluten”, este enlace es puramente informativo.

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Puré de patatas

De nuevo vuelvo con una elaboración básica para aprender cómo hacer el tan «apañao» puré de patatas. Es perfecto como acompañamiento de carnes, pollo o pescado. Con esta receta puedes hacer infinidad de elaboraciones como un pastel de puré de patatas con carne, un brazo o rollo relleno.

Su elaboración es sencilla y rápida, creo que por lo fácil que es hacerla, desecharíamos la opción de utilizar los sobres preparados que venden, aunque reconozco que hay alguno que está muy conseguido, se tarda muy poquito en hacerlo y realmente merece la pena intentarlo.

¡Pela-patatas en mano!

Ingredientes para dos personas

  • Tres (3) patatas (aproximadamente 400 gr.)
  • 50 ml. de leche
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Pimienta blanca molida
  • Nuez moscada
  • Sal

Elaboración

1.- Lava bien la patatas en agua fría y las pélalas, si no tienes mucho tiempo córtalas a trocitos, no es necesario, pero acortan el tiempo de cocción. Las patatas deben de ser todas del mismo tipo y si las cortas a trocitos, que sean más o menos del mismo tamaño.

2.- Échalas en una cacerola con agua hasta cubrirlas completamente y ponlas al fuego fuerte con la hoja de laurel y una cucharada de sal gorda.

3.- Tapa la cacerola y cuando empiece a hervir las dejas cocer unos veinte minutos (20’). También la puedes meter en una olla rápida u olla exprés cinco minutos aproximadamente.

4.- Cuando las pinches con un palillo o tenedor y compruebes que están tiernas, las retiras del fuego y las escurres. Deshecha la hoja de laurel.

5.- En la misma cacerola, que todavía está caliente, echa la leche para que se caliente, una o dos cucharadas de aceite de oliva y las patatas. Cháfalas con un tenedor o varilla y échale un poco de pimienta molida y de nuez moscada. Remueve bien hasta que se forme una pasta homogénea más o menos espesa, depende de cómo te guste o para que lo vayas a utilizar.

¡Ya tienes tu puré listo para utilizarlo en la receta que quieras!

Curiosidades

Según el tipo de patatas el tiempo de cocción aumentará o disminuirá, el tiempo que te pongo es aproximado de modo que tendrás que estar pendiente de que no se te deshagan las patatas o te queden duras.

Suelo utilizar leche entera o semidesnatada, en ningún caso leche desnatada porque quedaría aguado como si le echásemos agua. Hay quien le deja un poco de agua de la cocción y no le echa leche, pero yo le echo leche que queda muy cremoso. La cantidad de leche, siempre que no te pases, es un poco al gusto, según quieras el puré más o menos espeso y depende de para que lo vayas a utilizar, pero si te aconsejo que eches muy poco a poco la leche y así podrás ir viendo la textura y no pasarte con ella.

A veces suelo utilizar una varilla acoplada a la batidora y batir el puré, de esta forma además de ser más rápido y con poco esfuerzo, queda una textura muy suave, sin grumos y como la varilla le introduce aire queda muy esponjoso. También puedes, si tienes, pasarlo por el pasapurés.

Hay quien lo hace con mantequilla, queda muy sabroso, pero a mi me gusta echarle aceite de oliva virgen extra.

Una vez lo tengas hecho, si lo metes en una manga pastelera podrás decorar tu plato dándole un aspecto diferente, cambia de boquilla la manga y elige el dibujo que más te guste.

Espero que os sea útil!

Ralu.

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.

Salsa Bechamel

La salsa bechamel tiene una elaboración muy sencilla y nos sirve para multitud de recetas, el único inconveniente que podemos encontrar al hacerla es que nos queden grumos, pero con esta receta espero poder explicaros la forma para que no os salgan y poderla utilizar en próximas recetas que iré publicando.

No se sabe a ciencia cierta el origen de esta salsa pero se ha hecho muy popular por utilizarse en recetas como gratinados de pasta o verduras, croquetas y otras muchas. La salsa tiene muchas variantes ya que si le echamos cebolla, tenemos la base de las croquetas o el relleno de unos pimientos, también admite la incorporación de quesos y queda muy sabrosa. Ya la venden hasta envasada pero con lo fácil que es hacerla y el tiempo que se tarda no merece la pena sacrificar el sabor y la textura de una salsa recién hecha.

¡Manos a la harina!

Ingredientes

  • Un (1) litro de leche entera
  • 60 gr. de mantequilla sin sal
  • 60 gr. de harina de trigo
  • Pimienta blanca molida
  • Nuez moscada
  • Sal

Elaboración

1.- Pon un cazo o sartén antiadherente a fuego medio y echa la mantequilla cortada a trocitos.

2.- En otro cazo pon a calentar la leche sin que llegue a hervir. También la puedes ir calentando en el microondas.

3.- Tamiza la harina, con un tamiz o un colador y resérvala. (ver curiosidades)

4.- Cuando esté derretida la mantequilla echa la harina tamizada y remueve bien con una varilla. Ten la precaución de que si la sartén es antiadherente tendrás que utilizar una de goma o plástico para no rallarla ya que puede perder su cualidad antiadherente. Tuéstala un par de minutos, el tiempo suficiente para que pierda el sabor a harina cruda y se despegue de las paredes de la sartén.

5.- Vierte en la sartén poco a poco tres cuartas partes (750 ml.) de la leche caliente sin dejar de remover con la varilla. Es posible que te queden grumos pero no te preocupes, no dejes de remover e irán disolviéndose. Cuando espese la salsa, remueve fuertemente con la varilla y añade el resto de la leche hasta que se integre bien.

6.- Apaga el fuego y cuando se disuelvan todos los grumos, échale un poco de sal, muele un poco de pimienta blanca y ralla un poco de nuez moscada.

¡Ya tienes tu salsa bechamel lista para utilizarla en las recetas que próximamente publicaré!

Curiosidades

Es conveniente el tamizar la harina cada vez que vayamos a utilizarla en salsas o pasteles, de esta forma eliminaremos las posibles bolitas que se forman al compactarse la harina y minimizaremos el riesgo de que se formen grumos. Para tamizarla simplemente tienes que pasar la harina por un colador dando unos golpecitos sobre este o con un tamiz o tamizador. Cualquiera de estos elementos los puedes encontrar en supermercados o grandes almacenes con relativa facilidad.

La mantequilla la suelo utilizar sin sal y corregir al final de la elaboración probando un poco de la salsa.

Como ya he dicho en otras ocasiones la pimienta me gusta que sea recién molida con el molinillo pero si no tienes, puedes echarle pimienta molida, eso si, perderá frescura y aroma. De la misma forma rallaremos la nuez moscada con un rallador en el momento de utilizarla, si no tienes rallador, puede pasar el cuchillo por su superficie arañándola, no es lo mismo pero te puede solucionar el problema.

Para que la salsa te salga mas o menos espesa, según para que la vas a utilizar, sólo tienes que adaptar la cantidad de harina y mantequilla pero siempre manteniendo la misma proporción de estas.

Si vemos que a pesar de hacer la receta como te indico no logras deshacer los grumos, siempre puedes utilizar de la batidora de brazo y eliminarlos, pero si sigues los pasos no creo que te vaya hacer falta.

Cuando tengas hecha la salsa y no la vayas a utilizar en el mismo momento, viértela sobre un bol o cuenco y tápala con papel transparente film pegando el plástico a la superficie de la salsa, de esta forma evitaremos que se seque la superficie formándose una costra. La puedes volver a calentar en el momento de su utilización o simplemente utilizarla fría para la receta que quieras.

 Espero que os sea útil!

Ralu

PD: Todo el contenido y fotografías están bajo una licencia.